La educación para el emprendimiento contribuye a la formación de una cultura de liderazgo (empezando por los más jóvenes y niños). Impulsando las actitudes y capacidades emprendedoras, se beneficia a la sociedad, incluso más allá de la aplicación de éstas a nuevas iniciativas empresariales, esto en Unión Europea y con mucha fuerza inicia en América Latina. Esto se convierte en todo un desafío para la comunidad educativa, de manera significativa implica conseguir el éxito empresarial, y la tendencia a comportarse de una forma socialmente responsable.

La escuela  emprendedora es el escenario perfecto para trabajar autoeficacia, para favorecer el liderazgo y toma de decisiones, competencias le permitan al estudiante discernir los datos valiosos de los que no lo son y poder resolver problemas, analizar, indagar todo estos en el marco de  estrategias de mejorar de la calidad de los aprendizajes, mediante la implementación de un enfoque metodológico indagatorio basado en competencias emprendedoras en la escuela.

Vivimos en la era del conocimiento y la información, esto ha dado paso a un replanteamiento en la competitividad profesional diferente que exige altos niveles de competitividad ¿cuáles son las raíces de la falta de motivación de los estudiantes por la actividad escolar? y ¿cómo hacer para llevarlos a visualizar que el aprendizaje es un medio para crecer y madurar cognitivamente? (Winkel, Vanevenhoven, Drago, y Clements, 2013). Cada estudiante en la escuela tiene que experimentar que está aprendiendo, que consolide sus destrezas, esto le produce  satisfacción personal, es necesario negociar las actividades, que pueda formar parte de la toma decisiones, sentir orgullo o sentirse con altas capacidades, además hay metas de valoración social.

La educación para el emprendimiento se enfoca en metas de aprendizaje y no a metas de ejecución, es decir no atribuirle sus fracasos a la falta de esfuerzo, cuanto ayudarles a  comprender  que, aunque puede deberse a la falta de habilidad en un momento dado, es modificable por el esfuerzo. capacidad de recibir de forma clara la información, la comunicación familiar es esencial,  paralelo a la organización; el profesorado debe desarrollar talleres transversales como: conocer su historia, hobbies, metas, valores; juegos de pareja para observar si son líderes, los juegos de mesas para poner sus desempeño en consideración, los juegos de confianza para observar su conducta ante situaciones adversas; activar la curiosidad por el contenido desarrollado con información  nueva, incierta, relacionar el contenido del programa con la experiencias y sus conocimientos previos.

La educación para el emprendimiento  está en la búsqueda de la aceptación de los compañeros, motivo que va unido al deseo de experimentar la propia competencia en la tarea.  Cada educador tiene que intentar no prestar sólo atención a la adquisición de contenidos curriculares, sino al desarrollo de las estrategias de pensamiento, la producción intelectual, el afrontamiento al fracaso y evitar un clima de clase competitiva en su lugar la organización cooperativa o la centrada  en el aprendizaje individual.

Pero también es necesario el dialogo igualitario, la inteligencia cultural, conciencia colectiva, solidaridad, el respeto a las diferencias, es necesario reconstruir la escuela con nuevos valores y plena participación, los invitamos a motivar el aprendizaje del estudiante en una edad frágil y difícil esto acción puede ser crucial en su futuro profesional.